La salud de los niños nuestra Prioridad

La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública a nivel mundial. De acuerdo con UNICEF, en América Latina y el Caribe, el sobrepeso en niños y adolescentes de 5 a 19 años pasó del 21,5% (35 millones) en 2000 al 30,6% (49 millones) en 2016. Este fenómeno despierta las alarmas entre los expertos de la salud e instituciones dedicadas al desarrollo infantil.
Cuando la obesidad infantil avanza, no solo afecta la apariencia física, sino que deriva en graves consecuencias para la salud de los niños y adolescentes, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y/o algunos trastornos psicológicos.
Causas de la obesidad en niños
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad son consecuencia de un desbalance entre la alimentación y la actividad física. Entre las causas, existen múltiples factores que contribuyen al desarrollo de este fenómeno, los cuales pueden agruparse en tres categorías principales: factores genéticos, ambientales y conductuales.
En primer lugar, los factores genéticos juegan un papel relevante en el desarrollo de este desequilibrio en la salud. Los niños que tienen antecedentes familiares de obesidad son más propensos a desarrollar esta condición. Sin embargo, los genes por sí solos no explican el aumento en los casos de obesidad; es la interacción entre la genética y el entorno la que determina su manifestación.
Por otro lado, los factores del entorno también influyen en el aumento de la obesidad. Por ejemplo, el fácil acceso que tienen los niños a los alimentos ultra procesados, la proliferación de estrategias de marketing y publicidad por parte de las industrias alimentarias y de bebidas sobre el consumo de productos poco saludables para el desarrollo de los niños y adolescentes. Al respecto, un reporte de UNICEF afirma que “algunos de los principales motivos de la elección de comidas son el precio, la disponibilidad, la conveniencia, el sabor del producto y la publicidad”. Otra causa asociada al entorno, especialmente en los contextos de pobreza, tiene que ver con la falta de espacios para la recreación y el deporte para los niños y la falta de acceso a agua potable, lo que reduce las oportunidades de ejercicio y de consumo de agua limpia.
Finalmente, los factores conductuales tienen que ver con los hábitos de alimentación y entretenimiento. Esto ocurre cuando hay la posibilidad de acceder a alimentos saludables como frutas, verduras o agua en lugar de bebidas azucaradas; sin embargo, hay preferencia de consumo excesivo de comidas rápidas y alimentos ultra procesados. Asimismo, el sedentarismo en los niños juega un papel importante en la prevalencia de la obesidad. Un ejemplo de ello es la creciente dependencia de dispositivos electrónicos como celulares, tabletas y videojuegos, lo cual reducido la actividad física de los niños.
Consecuencias de la obesidad infantil
La obesidad en la infancia también tiene repercusiones en la salud física y mental de los niños.
Algunas de las enfermedades físicas relacionadas con esta enfermedad no transmisible son: diabetes tipo 2, pues los niños con esta condición tienen riesgo a desarrollar resistencia a la insulina; problemas cardiovasculares, ya que el sobrepeso aumenta la presión arterial y los niveles de colesterol, incrementando el riesgo de enfermedades cardíacas; trastornos respiratorios, como apnea del sueño y otras dificultades respiratorias; además, el exceso de peso puede afectar el desarrollo óseo y articular de los niños, causando dolor en las rodillas y la columna vertebral.
En cuanto al impacto emocional y psicológico de la obesidad en la niñez, se han visto consecuencias como: baja autoestima, debido a la discriminación y las burlas a las que se ven expuestos, sobre todo en el ambiente escolar; también, se ha identificado mayor riesgo a sufrir de depresión y ansiedad por la autopercepción negativa de la imagen corporal y, en algunos casos, por la exclusión social que puedan experimentar.
Cómo prevenir la obesidad infantil
La prevención de la obesidad infantil requiere un enfoque integral que involucre a la familia, el colegio, la iglesia y la comunidad en general. Algunas estrategias clave incluyen promover una alimentación saludable e incentivar la práctica de la actividad física.
En cuanto a la alimentación, se debe fomentar el consumo de verduras, cereales integrales y proteínas magras (como lentejas, garbanzos, pollo sin piel, entre otros. En caso de no tener acceso a agua apta para el consumo humano, se recomienda comprar agua potable en lugar de gaseosas. También, se recomienda reducir el consumo de alimentos ultra procesados (como paquetes de papas fritas, embutidos, cereales endulzados, etcétera).
Por esta razón, Compassion Colombia y sus las iglesias aliadas trabajan de la mano con asesores de salud, a fin de fomentar el conocimiento y la planeación de acciones que impacten directamente el bienestar físico de los participantes, especialmente, las relacionadas con alimentación saludable y deporte. Uno de los aportes realizados a lo largo del tiempo, ha sido el acompañamiento en la construcción de minutas nutricionales de los servicios de alimentación de los centros de desarrollo integral, que son ajustadas a los contextos de cada zona. Compassion también pone a disposición de las iglesias, especialistas en salud cuando las situaciones particulares de salud que lo requieren.
Con relación a la actividad física, la Organización Mundial de la Salud aconseja incentivar los buenos hábitos de actividad física y sueño orientando a progenitores, cuidadores, profesores y profesionales de la salud. Además, se sugiere limitar el tiempo frente a pantallas y promover actividades al aire libre. A nivel gubernamental, se debe velar porque en las escuelas y en los espacios públicos haya espacios adecuados para el juego, la recreación y el deporte.
En síntesis, la prevención de la obesidad infantil es un desafío que requiere la participación de diversos actores sociales. A través de una alimentación equilibrada y la promoción de la actividad física, es posible reducir los riesgos asociados a esta condición. La educación y el acceso a entornos saludables son fundamentales para generar hábitos que se mantengan en el tiempo. Con el esfuerzo conjunto de la familia, las instituciones educativas, la comunidad y el Estado, se podrá garantizar un desarrollo saludable para las futuras generaciones.
Finalmente, la obesidad infantil es un problema complejo que requiere una respuesta consciente de la sociedad. Si bien existen múltiples factores que contribuyen a su desarrollo, también hay diversas estrategias para prevenirla y combatirla. La educación nutricional, la promoción de la actividad física y el apoyo familiar son claves para reducir la prevalencia de esta condición y garantizar un futuro más saludable para las nuevas generaciones. Es fundamental que gobiernos, educadores, profesionales de la salud y familias trabajen juntos para detener esta epidemia silenciosa y mejorar la calidad de vida de los niños.
Recursos consultados:
- FAO, FIDA, OPS, UNICEF, & WFP. (2025, 27 de enero). Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional: América Latina y el Caribe 2024. Programa Mundial de Alimentos. https://es.wfp.org/publicaciones/panorama-regional-de-la-seguridad-alimentaria-y-nutricional-america-latina-y-el-0
- Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Crece la ola de sobrepeso en la niñez. ¿Demasiado tarde para revertir la marea en América Latina y el Caribe?, UNICEF, Ciudad de Panamá, agosto de 2023. https://www.unicef.org/lac/media/43026/file/Reporte%20sobrepeso%20ninez%20america%20latina%20caribe%202023%20UNICEF.pdf%20.pdf?utm_source=chatgpt.com
- Organización Mundial de la Salud. (2016). Informe de la comisión para acabar con la obesidad infantil. https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/206450/9789243510064_spa.pdf
- Organización Mundial de la Salud. (2024, 1 de marzo). Obesidad y sobrepeso. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/obesity-and-overweight